lunes, 14 de febrero de 2011

Benigno. Capítulo 4. Corte 1.

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Capítulo 4.


Hace 9 años. Sesión 40ª.


- Hoy no tienes muchas ganas de hablar Benigno.
- ¿Hoy no tengo ganas de hablar?
- Sabes que no me gusta que hagas eso.
- ¿El qué? – repliqué con falsa ingenuidad.
- Repetir mis últimas palabras en tono interrogativo – afirmó la doctora con manifiesto enfado.


Cuando no tenía ganas de hablar le “picaba el billete” a la doctora Orbegozo. Ella lo permitía en alguna ocasión, pero por norma me acababa poniendo en mi sitio. Al fin y al cabo sesenta euros no dan derecho a tanto.


- Hoy parece que de nuevo vienes con cierta agresividad contenida.
- Le aseguro que anoche me masturbé a conciencia – contesté habiéndolo preparado de antemano.
- ¡Ah! ¿Si? – e iniciaba una media sonrisa – De ser eso cierto… - se encendía un cigarrillo antes de terminar la frase- no estarías utilizando a tu terapeuta como “puchingball. – y acto seguido atacó con un tema importante – Creo que ha llegado el momento de que hablemos del vínculo que mantenías con tu tia.
- ¿Con mi tía?- pregunté extrañado.
- Si, tu tia Manuela, o sería mejor decir tu madre – realmente lo afirmaba en vez de preguntarlo.
- Mi tía no fue mi madre – contesté con mala leche, mientras me daba cuenta que de nuevo había caido en su trampa.
- Me refiero a que usted tuvo que hacer una traslación del vínculo originario con su madre, hacia su tia – dejó caer como el que acaba de pensarlo, pero esa terminología huele a precocinada.
- Nada recuerdo de mi madre – repuse con premura – sólo conservo una fotografía de cuando estaba embarazada de mi hermano y de mi.

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