lunes, 31 de enero de 2011

Benigno. Capítulo 2. Corte 1.

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Hace diez años. Cuarta sesión.

- Después de la evaluación inicial, el problema consiste en una notable insensibilidad ante las cosas que ocurren a su alrededor. Indiferencia, distancia. ¿Lo entiende Benigno?- Expuso la doctora Orbegozo como diagnostico.

Dicho lo cual, prosiguió:

- Es más, llama la atención su incapacidad para expresar.

- ¿Expresar qué? – Pregunté.

- Nada, nada en absoluto.

- Igual no expreso por que no siento. Parece lógico. ¿No cree doctora?
- No es tan sencillo joven – Replicó con suficiencia.
La doctora Orbegozo era una mujer de mediana edad, con mucha experiencia a sus espaldas. Se notaba que estaba de vuelta de muchas cosas y sobre todo de pacientes como yo.
Empecé a visitarme con ella porque una vez que tuve una relación con una chica, las cosas no funcionaron. Ni bien ni mal, simplemente no funcionaron. Era una vecina de mi tía Manuela, Rosa.
Rosa era muy buena chica, muy buena chica. Pero el caso es que yo no sentía nada. Ni alegría. Ni tristeza. Ni inquietud por no sentir nada de lo anterior. Hasta el momento nunca antes me había planteado esto, pero Rosa insistía:

- ¿Qué te ocurre? La mayoría de las veces tengo la sensación de que no estas aquí – comentaba con tristeza.

Ante su insistencia decidí pedir cita con la doctora. Fue Rosa quien me la recomendó. Supongo que con el tiempo se arrepintió de esta indicación.

- ¿Y? ¿Qué propone usted que hagamos doctora?

- Terapia – Afirmó sin el menor atisbo de duda.

- ¿Y? ¿Con la terapia, podré sentir?- pregunté con cierta incredulidad.

Mientras con toda probabilidad pensaba el porqué siempre surgía la misma pregunta por parte de los pacientes,  sentenció:
- Esto no es como venderte un melón. Yo no puedo darte otro melón si el tuyo sale malo al abrirlo.
La metáfora del melón era muy gráfica, pero aún así, completó la faena con una frase que probablemente había salido de su boca en innumerables ocasiones.

- Ya veremos qué hay en “tu melón” cuando lo abramos. Si nos sale malo… - mantuvo el suspense con una mueca y concluyó – tendremos más tarea.

Aquello me sonó a que en el peor de los casos, “lo mío” sólo era una cuestión de tiempo.




El primer capítulo de Benigno se puede seguir en http://www.espejoyagua.blogspot.com/


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7 comentarios:

  1. Bueno lara, pues ya me tienes enganchada otra vez con este bendito Benigno, el pobre, es un santo...jajaja.
    Saluditos

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  2. Doctora podría definir melón bueno?
    Este Benigno me tiene enganchada.
    Felicidades por la nueva casa de Benigno.
    un abrazo

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  3. Parabéns pelo novo espaço. Sempre posso ir treinando o meu espanhol.
    ;)

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  4. Qué gran presente Lara.
    Disfrutamos de sus escritos y Benigno en la nueva casa.
    Maravilloso!

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  5. yo no iba a ver la película pero...
    bendito benigno!

    ya he reservado butaca :)

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